Me quedé sentado frente al precipicio. Callado. Sus voces, desde allí abajo, eran un canto de sirenas. Me tapé con las manos los oídos. El derecho, sordo de nacimiento y el izquierdo, irritado por el aullido molesto de alguna hiena hambrienta. Seguían los cantos constantes desde el abismo. Había quién se lanzaba a uno u otro precipicio. Volaban con dos banderas a un destino ficticio, volaban entre las nubes de algún sueño compartido. Cada uno de ellos me ofreció su bandera y yo con respeto rechacé sus telas.
Me quedé sentado en Tierra de nadie. Callado. Sus voces, a lo lejos, eran ecos del pasado.
Me ha gustado el relato. Corto, sencillo pero con mucha carga, y para mí, sentimiento. Me he sentido identificada, pues yo rechazo también banderas.
Te invito a que visites también un microrrelato mío. Espero que te guste como a mí me gustó el tuyo. Un saludo. https://sinlimitesparasonar.blogspot.de/2017/10/amor-de-mar.html?showComment=1509532372213#c154872304035724320
Muchas gracias por tu comentario. Un saludo.
Es elocuente e interesante el contenido del microrrelato «En Tierra de Nadie». Me recuerda, por una parte, el discurso bizarro del divergente, por otra, la disertación desmedida del acólito pro-gobierno, inmerso en la decadencia y anacronicos. El asunto planteado radica en la confrontación de intereses (mesquinos) en el ámbito político, religioso, económicos, étnico, entre otros, que conducen y someten a grupos, pueblos y sociesades a la destrucción inútil entre congéneres. Como consecuencia, resulta lamentable observar la vulneración sistemática de los principios elementales de «La Declaración Universal de Derechos Humanos», proclamada como ideal común de todos los pueblos y naciones, por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la ciudad de París, mediante la Resolución N°. 217 A (III) de fecha 10/12/1948. No obstante, es hermoso percibir el mensaje encriptado «En Tierra de Nadie», el cual comporta el último bastión para luchar y reconquistar la tierra de todos…
Me ha parecido muy interesante tu aportación. Te invito a que sigas comentando mis microrrelatos. Un cordial saludo.
Está bien el relato. Pero lo que dice el tío de arriba no le entiendo.