Abrió los ojos y se encontró con una extraña en su cama. Dormía tranquilamente. Se levantó intentando no despertarla y se paseó por una casa que no reconocía. Había cientos de fotos por todas partes, en las paredes, en los muebles… y en cada una de esas fotos aparecía el mismo hombre con personas diferentes. La cara de ese hombre le resultaba familiar, fue al baño y se miró en el espejo y lo vio. Volvió a mirar una a una las imágenes. Todas tenían algo escrito: “Carlos y su mujer, María”, “Carlos y su hijo, Daniel”, y así todas ellas. Fue al dormitorio, despertó con un beso a su mujer y le dijo: “Gracias”.