(Abajo tenéis el enlace del cuento.)
¿Qué es lo que llevamos dentro para ofrecer al mundo? La pregunta parece sencilla pero contestarla puede resultar muy difícil cuando tenemos más bien poco que ofrecer. Y este cuento nos hace reflexionar sobre ello,
ya no es tan importante lo que recibes sino lo que eres capaz de dar, ahí reside la esencia de la generosidad humana, en dar sin pedir nada a cambio, ni tan solo el respeto que tú ofreces.
En unas quince líneas el autor de este cuento es capaz de concentrar una idea brutal: “Cada uno de nosotros solamente ofrece lo que tiene.” Mientras que el sabio es capaz de ofrecer conocimientos, enseñanzas y buenas palabras, el grupo de hombres y mujeres tan solo pueden ofrecerle insultos y desprecio. La sentencia del sabio, realmente, es muy dura porque con aparente tranquilidad e incluso ternura pone en evidencia todas las carencias de algunas personas. ¿Cómo se va a sentir ofendido por una persona que le ofrece lo que tiene?
¿Por qué no queremos aprender del que nos puede enseñar? En este punto es donde la radica la ignorancia de la humanidad, no en tener que aprender continuamente sino en no querer aprender porque creemos que con lo que tenemos dentro de nosotros es suficiente.Y nunca es suficiente para seguir creciendo como persona.
El cuento posee, desde mi punto de vista, poca calidad literaria, pero sin embargo es un ejercicio de reflexión que puede resultar muy útil para trabajar con los alumnos. El mensaje es sencillo y directo y nos proporciona la oportunidad de poner encima de la mesa toda una batería de preguntas sobre nuestra forma de enfrentarnos al mundo: ¿Cómo es mi relación con los demás?; ¿Cuál es mi reacción ante situaciones diferentes?; ¿Cómo me enfrento al mundo? y podríamos seguir con más y más interrogantes.
Partiendo de la sentencia del sabio, en la que cada uno ofrece lo que lleva dentro, se hace evidente la necesidad de una mirada hacia nosotros mismos, ser capaces de ver lo que hay dentro de nosotros, y así, tal vez, poder solventar las carencias que hallamos en nuestro interior.
M.B.
Aquí os dejo el enlace del cuento: