Soñó que el mundo estaba cambiando, que la gente había despertado. Soñó un país nuevo. Y al despertar, comprendió que solo había sido un sueño. Se sentó en su sofá y siguió durmiendo.
Un día fui a un vertedero y lo vi allí, tirado en el suelo. Tirado en el suelo contaba las monedas, con las manos sucias de tanta mierda. Al verme, se levantó sonriendo para darme la mano y cuando me di cuenta ya me había robado.