Cállate, maldita. No hay un solo día en el que no me agobies con ideas, pensamientos, palabras o imágenes. Que sé yo. Estás de día y de noche con tus estupideces. Intento que te calles pero es imposible. Me convences de que puedo conseguir lo que quiera y después me llevas al abismo premeditadamente. Me subes al cielo y me dejas caer en el infierno. Y no te callas. No consigo que te calles y me dejes vivir. A veces, salgo a la calle y me pongo a correr con toda el alma para dejarte atrás. Tan solo quiero escuchar mi respiración. Agoto mi cuerpo para que tú no me invadas. Eres mi lucha diaria. Me peleo contigo a muerte y no te vas. Pero, sé que estás y esa… es mi primera batalla ganada.