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Cuento del pescador

¿Por qué nos complicamos la vida? A veces deseamos lo que ya tenemos y no somos capaces de darnos cuenta. Nos pasamos la vida deseando tener, deseando ser y nos olvidamos de lo más importante, de vivir. Algo que, a simple vista, parece tan fácil puede resultar lo más difícil. Y en este caso, este cuento es demoledor,




sencillo pero impresionante. Nos plantea varias cuestiones: la importancia que damos a las cosas materiales ,al tiempo, a la familia, a los amigos, a la vida en general. 

El pescador de forma sencilla y tranquila, le explica al ejecutivo su día a día diciendo: “-Mire, yo me levanto por la mañana a eso de las nueve, desayuno con mi mujer y mis hijos, luego les acompaño al colegio, y a eso de las diez me subo a mi barca, salgo a pescar, faeno durante cuatro horas y a las dos estoy de vuelta. Con lo que obtengo en esas cuatro horas tengo suficiente para que vivamos mi familia y yo, sin holguras, pero felizmente. Luego voy a casa, como tranquilamente, hago la siesta, voy a recoger a los niños al colegio con mi mujer, paseamos y conversamos con los amigos, volvemos a casa, cenamos y nos metemos en la cama, felices.” El ejecutivo incapaz de ver que le está describiendo esa realidad que él mismo desearía vivir le va dando argumentos para que al cabo de veinte años, obtenga lo que ya tiene ahora. Aunque, no es exactamente así, porque al cabo de veinte años seguramente no tendrá que llevar a sus hijos a la escuela, sino acompañarlos a la universidad, y no sé yo, si eso sería muy apropiado. 
Estamos ante una realidad con intereses diferentes. Al ejecutivo le interesa el dinero, las cosas, que considera que pueden darle la felicidad. Al pescador le interesa el momento, este es el momento de acompañar a sus hijos a la escuela, de pasar tiempo con su mujer y con sus amigos, y no necesita más de lo que tiene. 
No necesitar más de lo que uno tiene, te permite vivir sin estar creando expectativas continuamente, si hago esto obtendré aquello, y aquello en un futuro me dará lo que deseo, pero muchas veces el deseo último de todos es el mismo, ser feliz, vivir.
Obviamente, el pescador no podrá disfrutar de los lujos del ejecutivo, pero el ejecutivo no dispondrá del tiempo que tiene el pescador para dedicar a su familia, a sus amigos y a sí mismo. Tendrá que esperar veinte años para tener lo que el pescador ya tiene, tiempo. Por otro lado, como he dicho anteriormente, el pescador nunca tendrá las cosas ni los lujos ni las comodidades que tiene el ejecutivo pero esto carece de importancia, ya que en ningún momento todas estas cosas materiales formaron parte de las expectativas del pescador.
El cuento refleja de forma muy sencilla y directa una cuestión importante: ¿vivir hoy con lo que necesitas o vivir mañana con mucho más de lo que necesitas? Vivir hoy es una realidad, vivir mañana es una posibilidad. 

No estaría de más plantearse qué es lo que realmente necesitamos, ¿necesitamos todas las cosas que tenemos? ¿Tenemos todo lo que necesitamos? Y por último, ¿por qué necesitamos tantas cosas y a quién le interesa que necesitemos tantas cosas?

M.B.

Algunas peculiaridades de los ojos, Philip K. Dick

¿Cuáles son algunas de las peculiaridades de los ojos? Podemos decir que los ojos pueden pasearse lentamente por una habitación, moverse por el aire, acariciar, examinar, y, fundamentalmente, ver. Los ojos nos permiten leer pero, aunque haya quien lo dude, no son los que leen. Leer solamente con los ojos es como ir a una casa y quedarte en la puerta y creer que ya has visto la casa al completo o que conoces cada uno de sus rincones.
Algo parecido le sucede al personaje de esta historia, lee con los ojos el mensaje pero su mente no es capaz de descodificarlo, con lo cual la historia que él lee y la historia que el autor quiere transmitir no tienen nada qué ver. No existe un punto de conexión entre el lector y la historia que cree leer. La literatura implica mensajes ocultos que el lector debe descifrar, en este caso los mensajes son claros ya que todos o la mayoría de los hablantes de una lengua podemos descodificar el lenguaje figurado de la misma.




Nos hallamos ante un personaje incapaz de salir de la literalidad, incapaz de interpretar una secuencia de palabras con lo que se halla ante una realidad desconocida y hostil, en algunos casos. Leer de forma literal, en ocasiones, puede resultar algo terrorífico. Y vemos en este cuento de Philip K. Dick cómo el personaje sufre, siente miedo, ante una situación que el resto de los mortales calificaría de romántica.
Lo curioso o lo gracioso del cuento es que un personaje incapaz de descodificar el mensaje literario, no se exprese de forma literal al explicar su vivencia personal, ya que en algunos momentos del cuento dice cosas como: “Vagos escalofríos me asaltaron”; “Mi corazón latió con violencia y me quedé sin aliento”; “…respondí con voz estrangulada”; “Sin pestañear”….
El personaje y narrador de este cuento nos da argumentos para justificar que en ese libro de bolsillo que alguien olvidó en el autobús queda demostrado que existen seres extraterrestres, ¿y cuáles son estos argumentos? Pues, que los ojos pueden pasear, acariciar, que los brazos se pueden quitar, que uno puede perder la cabeza o entregar el corazón a alguien. ¡Cuántos extraterrestres en el mundo!
El cierre de este cuento resulta magistral, pues la última oración es como una sentencia: “No tengo estómago para esas cosas.” con lo cual sitúa al personaje al mismo nivel que los personajes de la historia del libro encontrado. ¿Todos somos extraterrestres o somos incapaces de reconocernos en el otro?