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“A la deriva” de Horacio Quiroga

Horacio Quiroga tiene una relación con la muerte algo peculiar, y aparece en numerosas ocasiones en su obra, y, en su vida. Este cuento es un reflejo más de cómo entiende Quiroga la muerte. La acción del cuento la podríamos resumir con la primera y la última línea del mismo: “ El hombre pisó blanduzco, y en seguida sintió la mordedura en el pie.Y cesó de respirar.” Y entre estas dos oraciones podemos observar la descripción lenta,




pero segura, de la muerte del protagonista y cómo en un primer momento su aparición es agresiva y dolorosa para tornarse cada vez más dulce y pacificadora al final de la narración.

La selva, que sería la naturaleza salvaje, incontrolable por el hombre, se nos muestra como la enemiga y la causante de la muerte del personaje principal. Con este espacio natural Quiroga establece una serie de sentimientos contradictorios en muchas ocasiones. El amor que siente por la selva se constata en su propia vida, pues pasó muchos periodos de tiempo en ella, y a la vez, muestra en su obra, una selva cruel, dañina para el ser humano. La selva posee el misterio de lo incontrolado, de lo inesperado, y en definitiva, la selva muestra como el hombre no es dueño de su destino, y nos lo manifiesta de forma implacable a través del veneno de la serpiente, por extensión, el veneno de la selva.
Los intentos del protagonista por aplacar su dolor mediante el alcohol son totalmente infructuosos, nada puede aliviar su dolor, tan solo la muerte: “El bienestar avanzaba, y con él una somnolencia llena de recuerdos.” La cercanía de la muerte provoca en el protagonista la evocación del pasado, de un pasado en el que no está presente la selva, y el tiempo de su pasado se hace relativo, no recuerda con exactitud cuánto hace que no ve a su ex patrón o a sus compadres.
El título es muy significativo, “A la deriva”, es decir, sin rumbo, a merced de las circunstancias, y el protagonista, en su muerte, va a la deriva en varias ocasiones por el río, incapaz de gobernar su embarcación. Intentando salvar su vida se desarrolla el cuento, pero la salvación no tiene cabida porque el lugar más cercano en el que lo pueden auxiliar está a cinco horas por el río, y en ese empeño de seguir respirando se lanza en su canoa al río, sin dirección, sin control, porque el dolor, el veneno en su cuerpo, no le permite tener el control ni de su vida,y seguramente, tampoco de su muerte. La muerte llega para acabar con su agonía, con su dolor.

En realidad, todo el cuento es una metáfora de la vida. La vida se vuelve hostil y cruel, imposible de dominar por el hombre, y aún menos, por aquel que quiere enfrentarse a ella en solitario. La vida es una selva, que enamora por todas las incógnitas que conlleva, y que a su vez provoca rechazo por lo que tiene de cruel, de peligrosa. Horacio Quiroga en este cuento nos muestra las dos caras de una misma moneda, ya que la vida y la muerte forman parte de un todo.
M.B.
Aquí os dejo el enlace del cuento.

MICRORRELATO: Las dos barajas de cartas




Me gustan mucho las cartas. Siempre llevo dos barajas muy pequeñas encima. Cuando me aburro juego con ellas o cuando me expulsan de clase.
-¿Qué haces aquí? ¿Te han expulsado?
No respondió. Andaba de un lado al otro del pasillo. Nervioso y diciendo cosas que desde donde yo estaba no podía entender. Algunos compañeros me habían hablado de él, pero nunca le había prestado demasiada atención. “Es muy raro” -me decían- “hace esto, hace lo otro”.
Me senté en el suelo y saqué una baraja de cartas y me puse a jugar al solitario. De repente se quedó en silencio y me miró, le sonreí y le dije “¿juegas?”, no me respondió y me siguió mirando durante un buen rato. Pasado un cuarto de hora se sentó frente a mí y me dijo “sí”. Le expliqué las reglas del juego mientras él me miraba muy atento y moviendo la cabeza de un lado al otro, me ponía nervioso pero no dije nada y empezamos a jugar. Lo pasamos bien. Cuando sonó el timbre se alteró un poco, se levantó y volvió a caminar de un lado a otro.“¿Te gustan las cartas? y contestó “sí”, “toma una baraja, tengo otra”, la cogió y se fue a su clase.
Cuando sonó el timbre del patio, bajamos corriendo por las escaleras, empujándonos unos a otros, y gritando como si fuera la primera vez que salíamos y entonces lo vi en las escaleras del porche, sentado y con las cartas en el suelo. Me acerqué y lo miré sin decir nada, él siguió ordenando las cartas sin levantar la mirada, “Mola ordenarlas, ¿verdad? Aunque si quieres jugar las tienes que desordenar”.
Me fui con mis amigos que me esperaban allí cerca. “Tiene tu baraja de cartas, ¿no?” “Sí, se la he dado”, “¿Por qué? Ahora no podremos jugar a lo de siempre”, “¿Por qué no?”
“¿Juegas con nosotros a cartas?” Después de pensarlo dijo “sí”.

Mar Ball

ROSALÍA DE CASTRO

Un 24 de febrero de 1837 nació la autora gallega Rosalía de Castro. Una de las autoras imprescindibles para el Rexurdimento gallego por su obra escrita en esta lengua. Considerada, también, junto a Gustavo Adolfo Bécquer, precursora de la poesía española moderna.
Aquí os dejo un poema recitado, espero que os guste.