MICRORRELATO: El recuerdo

Era difícil saber por qué todo sucedió así. Tengo vagos recuerdos de aquel día, hace demasiado tiempo ya, seis meses creo recordar. Me han hecho las mismas preguntas no sé cuántas veces y cada vez mis respuestas son más imprecisas. A veces, no puedo evitar decir un “no recuerdo bien”, “no estoy segura” y entonces me presionan más y me dan más información de la que yo tenía, ya no sé si mis recuerdos son míos o son de los demás. He pensado en ese momento cientos de veces y al final dudaba ya de todo. He intentado repasar cada segundo de aquel día, y no logro mantener una sola versión en mi cabeza. Algunos testigos dicen que lo que yo cuento es mentira, y aportan argumentos que a priori, parecen razonables, pero lo que yo viví no es lo que ellos cuentan. En algún momento, recuerdo algún detalle y lo añado a mi versión y entonces surgen más preguntas y de repente, ya no sé si es cierto o producto de mi imaginación.
He escrito mi versión y la que tienen el resto de testigos, y no encajan. He intentado buscar algo que pueda justificar esa divergencia, pero aún no he conseguido llegar a ese punto de inflexión. Parto de la base de que los testigos no mienten, no tienen motivo para ello, creo. Yo tampoco miento, al menos estoy convencida de ello.




 

Los días pasan aquí dentro, pero el tiempo no. Leo para mantener la mente ocupada y dejar de pensar durante un tiempo en ese día, el día en el que mi vida dejó de ser mía. He hablado muchas veces de esto con los míos, y todos me dicen que tenga paciencia, que todo se solucionará, pero yo ya no recuerdo más, por más que lo intento no consigo encontrar ese detalle 

que me devuelva mi vida y que me permita dar paso a otro día, a otros días. Creen que estoy bloqueada mentalmente, tal vez tengan razón, pero sigo aquí. Y mañana, volverán a empezar con las preguntas. Lo más fácil sería responder lo que ellos quieren oír, y acabar con esta tortura y quedarme aquí, tranquilamente, sin la necesidad de pensar más. Volverán a preguntar y yo volveré a responder, quizá más dubitativa que la última vez, porque habré tenido un día más para recordar lo recordado. Y traerán un nuevo testigo que cambiará mis recuerdos y tendré que incorporar estos nuevos recuerdos a los míos, viejos y trasnochados. Y la verdad ya no será la primera verdad.

M.B.

Cuento del pescador

¿Por qué nos complicamos la vida? A veces deseamos lo que ya tenemos y no somos capaces de darnos cuenta. Nos pasamos la vida deseando tener, deseando ser y nos olvidamos de lo más importante, de vivir. Algo que, a simple vista, parece tan fácil puede resultar lo más difícil. Y en este caso, este cuento es demoledor,




sencillo pero impresionante. Nos plantea varias cuestiones: la importancia que damos a las cosas materiales ,al tiempo, a la familia, a los amigos, a la vida en general. 

El pescador de forma sencilla y tranquila, le explica al ejecutivo su día a día diciendo: “-Mire, yo me levanto por la mañana a eso de las nueve, desayuno con mi mujer y mis hijos, luego les acompaño al colegio, y a eso de las diez me subo a mi barca, salgo a pescar, faeno durante cuatro horas y a las dos estoy de vuelta. Con lo que obtengo en esas cuatro horas tengo suficiente para que vivamos mi familia y yo, sin holguras, pero felizmente. Luego voy a casa, como tranquilamente, hago la siesta, voy a recoger a los niños al colegio con mi mujer, paseamos y conversamos con los amigos, volvemos a casa, cenamos y nos metemos en la cama, felices.” El ejecutivo incapaz de ver que le está describiendo esa realidad que él mismo desearía vivir le va dando argumentos para que al cabo de veinte años, obtenga lo que ya tiene ahora. Aunque, no es exactamente así, porque al cabo de veinte años seguramente no tendrá que llevar a sus hijos a la escuela, sino acompañarlos a la universidad, y no sé yo, si eso sería muy apropiado. 
Estamos ante una realidad con intereses diferentes. Al ejecutivo le interesa el dinero, las cosas, que considera que pueden darle la felicidad. Al pescador le interesa el momento, este es el momento de acompañar a sus hijos a la escuela, de pasar tiempo con su mujer y con sus amigos, y no necesita más de lo que tiene. 
No necesitar más de lo que uno tiene, te permite vivir sin estar creando expectativas continuamente, si hago esto obtendré aquello, y aquello en un futuro me dará lo que deseo, pero muchas veces el deseo último de todos es el mismo, ser feliz, vivir.
Obviamente, el pescador no podrá disfrutar de los lujos del ejecutivo, pero el ejecutivo no dispondrá del tiempo que tiene el pescador para dedicar a su familia, a sus amigos y a sí mismo. Tendrá que esperar veinte años para tener lo que el pescador ya tiene, tiempo. Por otro lado, como he dicho anteriormente, el pescador nunca tendrá las cosas ni los lujos ni las comodidades que tiene el ejecutivo pero esto carece de importancia, ya que en ningún momento todas estas cosas materiales formaron parte de las expectativas del pescador.
El cuento refleja de forma muy sencilla y directa una cuestión importante: ¿vivir hoy con lo que necesitas o vivir mañana con mucho más de lo que necesitas? Vivir hoy es una realidad, vivir mañana es una posibilidad. 

No estaría de más plantearse qué es lo que realmente necesitamos, ¿necesitamos todas las cosas que tenemos? ¿Tenemos todo lo que necesitamos? Y por último, ¿por qué necesitamos tantas cosas y a quién le interesa que necesitemos tantas cosas?

M.B.